"Miro mis pies, aquí sentado,
ya asimétricos, ya cansados
cada uno con sus dolencias,
muevo los dedos, elevo talones
y me pregunto
¿por quién caminan?
Miro mis manos, las abro y las cierro,
resecas, entumecidas,
con uñas devoradas por dientes ansiosos
expuestas sin guantes
receptoras de todas las inclemencias
y me pregunto
¿a qué se verán obligadas a asirse?
Extiendo los brazos,
endurezco el abdomen,
adopto pose interesante
y ante tal ridiculez...
cedo
y el mundo vuelve a ser...
igual.
Miro mis pies y los calzo
mis manos se aferran
a los miméticos atavíos
con los que me conoce el mundo,
ya desprotegidas sin ese tiempo
que soy."
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