"Quizá lo que vemos normal
debería ser reconocido como acto de voluntad,
lo que esperamos que suceda
alegrarse cuando se dé
y en ello reconocer generosidad,
no anteponer los deseos
a las realidades individuales
que reduzcan al otro en mero instrumento
de la propia felicidad,
dominar el vocabulario,
pues más vale el amor susurrrado
que el grito más desesperado
porque lo primero es voluntario
y el otro propia necesidad y no del otro,
dirigir la voluntad
hacia el bien común
a sabiendas que ello se traducirá
en evidente bienestar …
colaborar, a fin de cuentas,
en la común convivencia
que el otro te suscita
y ver en cada día
la suerte de haber encontrado
a quien así te motiva.
De no suceder esto
analizar los motivos
que hacen que esto no se dé
separando los actos concretos
de sus motivaciones
para desnublar la visión
del otro y de uno mismo
siendo permeables al error
comprendiendo que la equívoco
es propia de todos
como también la voluntaria rectificación
pero no se dará
sin la aceptación interior
que podrá ser un balance de resultados
o una premisa vital necesaria
según cada cual."