"Una vez más he sido testigo
de lo existente en lo desapercibido
revelándose la realidad actuante
que está en todas partes
constantemente.
Así que sin que existan cien grados,
ni vendavales ni brisas que despeinen
el rastro del agua tras fregar
desaparece por sí mismo.
O el polvo acumulado por la gravedad
que al pasar un paño adecuado
se ve atraído eléctricamente
y se adhiere a la nueva superficie,
lo cual es limpiar.
O esos cercos de sales minerales
que al secarse las gotas del baño
aparecen tras el agua evaporarse.
O esa agresión fulminante
necesaria para extraer la mancha
precisando de la violencia extrema del roce
para pulir dichas superficies.
¡Cuántas cosas pasan desapercibidas
y todas están vivas!
El agua se evapora, no desaparece,
y lo hace al llegar a cien grados
y tú sin darte cuenta
de que el aire que roza su superficie
es tan brutal que la hace hervir
y ésta, al incomodarse, se va de ahí
convirtiéndose en vapor, no sin antes dejar
ese rastro delator.
¡ Cuánta belleza !
y tú, solo limpiando."