“Es frecuente encontrarse con personas
que por llegar a edades avanzadas
o a estados críticos de salud
se convierten en libre habladores
poseedores sólo de la sabiduría
que su vida les haya regalado,
recordando aquelos aciertos
y aquellas circunstancias revividas en cada relato
como modo de afianzarse en su ser
y así dejar su recuerdo
en quienes les rodean.
También los hay quienes ven la muerte
y la esperan en silencio, con paciencia,
porque entienden que así
es la mejor forma de aceptarla
y agradecen a sus recuerdos interiores
la íntima vida vivida
porque la incertidumbre del futuro cercano
lejos de pesarles
lo ansían.
Quizá sólo existan dos tipos de personas
porque quizá cada persona
sólo pueda ser de dos maneras
porque dos son las formas de ver la vida
aunque mil maneras de llevarla.”
que por llegar a edades avanzadas
o a estados críticos de salud
se convierten en libre habladores
poseedores sólo de la sabiduría
que su vida les haya regalado,
recordando aquelos aciertos
y aquellas circunstancias revividas en cada relato
como modo de afianzarse en su ser
y así dejar su recuerdo
en quienes les rodean.
También los hay quienes ven la muerte
y la esperan en silencio, con paciencia,
porque entienden que así
es la mejor forma de aceptarla
y agradecen a sus recuerdos interiores
la íntima vida vivida
porque la incertidumbre del futuro cercano
lejos de pesarles
lo ansían.
Quizá sólo existan dos tipos de personas
porque quizá cada persona
sólo pueda ser de dos maneras
porque dos son las formas de ver la vida
aunque mil maneras de llevarla.”
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