“Mi gato me está dando una idea,
se queda tumbado en mis piernas
y mientras me surgen poemas
que voy leyendo en voz alta
acompasado de suaves caricias
de la cabeza a la grupa,
se me queda dormido.
Quizá sólo busque ese momento
en el que poder relajarse
con certeza y seguridad
de que quien con él está
no desprenda aromas distintos
del respeto y la tranquilidad.
Yo creo que no somos tan distantes
solo que en esos conceptos nuestros
elegimos no solo el regazo entre los que hay
sino que intentamos amoldarlo
para que siempre lo sea.
Pero mi gato, aunque lo eche,
volverá cuando me vea componiendo
para volver a dormirse confiadamente
sin pensar que esto tiene un fin
pues sólo quiere poder descansar,
y lo consigue,
¡¡ vaya si lo consigue !!.”
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