“Ahora se mas que antes,
hay aves migratorias que se guían
por señales sin recuerdos
y no paran ante el cansancio
y comen en el camino
abriendo el pico, con lo que entre,
porque al llegar a su destino
ya descansarán y se alimentarán
y crearán futuros nuevos.
Las aves que no parten
abandonadas son a su suerte
buscando alimento y refugio
sin compañía ni seguridad
y, conforme pasa el tiempo,
los recursos se agotan sin remedio
quedando a la espera
del hambre, el frío o unas fauces.
Sólo sé que las aves que emigran
nunca se paran a regocijarse
en el continuo recuerdo
de lo agotado.
Por eso...
el olvido, a veces,
es el necesario vuelo del ave que emigra,
para seguir viviendo...”
hay aves migratorias que se guían
por señales sin recuerdos
y no paran ante el cansancio
y comen en el camino
abriendo el pico, con lo que entre,
porque al llegar a su destino
ya descansarán y se alimentarán
y crearán futuros nuevos.
Las aves que no parten
abandonadas son a su suerte
buscando alimento y refugio
sin compañía ni seguridad
y, conforme pasa el tiempo,
los recursos se agotan sin remedio
quedando a la espera
del hambre, el frío o unas fauces.
Sólo sé que las aves que emigran
nunca se paran a regocijarse
en el continuo recuerdo
de lo agotado.
Por eso...
el olvido, a veces,
es el necesario vuelo del ave que emigra,
para seguir viviendo...”
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