"Esta camisa que me protege
de fríos aires y quemaduras solares,
que abotonada de pecho a vientre
hace su papel mucho mas que digno
e incluso, favorecen mi figura
las arrugas que el tejido provoca
y las que yo le infrinjo
con mis caprichosas posturas
sin que deje de ser
el digno complemento
de mi ser.
Y pantalón,
con sus bolsillos de secretos
donde busco y almaceno
y doy cobijo a mis manos
cuando se acobardan
ante las inclemencias
mezclándose con esas pertenencias
tan normales como pañuelos, dinero,
o un trozo de cable o un tornillo...
Ese pantalón...
también cumple su función
Todo es una imagen, una funcionalidad,
un aditamento, una necesidad,
en la que no se sabe
quien viste a quién
porque tan vapuleado está el maniquí
que ya nadie se imagina
sin ello,
mas bien, el estupor surge
por no tapar lo íntimo
al tratarse, ya no de ropa,
sino de concertada dignidad
cuando en realidad
me conformaría con ser
esa pinza que sujeta la ropa
en el tendedero."
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