“Puedo decir ciertas palabras
o mirar sin eludir ciertas situaciones
o hablar de ciertos actos
o mirar un desnudo o ciertas partes
sin que la inquisidora vergüenza
motive al acto a ser cuidadoso
obligando a que se tuerza la boca
o que la mirada exija complicidad
o que las manos o el cuerpo
adopten una tensa postura o actitud...
encubridora.
No hay morbo ni mal pensamiento
al decir ciertas palabras
o exponer sobre ciertos temas
y menos sobre el digno cuerpo humano
que nada ruin en si tiene
y aunque para otros quizá si
su.. qué dirán…
no me importa
pues...
las niñerías se quedaron allá
y los morbos, encubrimientos y complicidades
me lo reservo sólo
para lo posible.”
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