Foto propia.
“Eso que usamos para mostrarnos al mundo,
fabricado para protegernos de los elementos,
personalizado por colores, texturas y formas
para que una vez aprobadas sus costuras y caídas
nos aporte una apariencia reconocible y voluntaria
encaminada hacia la aceptación,
bien del ego o de la sociedad,
pero, a fin de cuentas, de uno mismo...
ante el espejo.
Eso que hay que planchar, coser y limpiar,
eso que oculta formas y arrugas
y cuando aprieta hiere
y es temporal como el momento mismo
para el que uno se atavía…
pero tapa.
Es eso lo que en realidad
nos protege de la intemperie de la vergüenza
y desde la cuna es inculcado
mediante miradas, actitudes e imitaciones
obviando que recoge los efluvios y secreciones corporales
ensalzando una estética que nuestro ser,
por sí mismo, no alcanzaría,
e incluso necesita de distracciones
mediante aditamentos complementarios
bien aromáticos bien materiales
que unido a sugestivos maquillajes,
y actitudes y ademanes estudiados
intentarán superar, en la medida de la ambición personal,
a la implacable crueldad del chismorreo mundanal.
Eso....
eso es la ropa…
y no es nada más que…
esa necesaria representación
que proponemos de nosotros mismos
a este mundo que no quiere que nos mostremos como somos
pues bajo la imposición de culturales transmisiones...
¿quién eres tú sin eso?”
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