Foto propia: Grillo Camello
"Sucede, muy a menudo,
que cuando las circunstancias vitales
aprietan las correas
de la blanca chaqueta de fuerza
a modo de habituales represiones obligadas
pues,
que se den ciertas relaciones
fácilmente atribuibles a otras realidades
donde, incluso, los propios actores
llegan a creer que eso que sienten
es más verdadero
que la situación que la generó.
Impera la tendencia personal
de no querer estar solo
y tan sólo así
es que uno encuentra en ello fuerzas para avanzar
pues esas obligadas circunstancias
generadoras de sumisas obediencias
encuentran en esa otra relación
luz, vida, esperanza o futuro
o la alegría que se perdió.
Llámalo amistad, enamoramiento,
afinidad pasional, echar una cana al aire
o borrachera de una noche
o incluso odio, repulsión,
tristeza, alienación o depresión ...
siempre será recordado como experiencia
y te das cuenta de que esas relaciones
no se pueden considerar fuera de su contexto
porque de lo contrario aún servirían
para la alegría y la tristeza
cuando hacen del presente homenaje
a la bajeza que las generó
y, quizá, gracias a ella...
superada.
Nadie tiene culpa de ello,
aunque lo pareciera a vista de la moral
o de los cánones de la unión
o de lo que limiten los conceptos humanos,
pero, en realidad,
éste animal que somos sigue buscando
esa instintiva seguridad, sosiego y futuro
tan necesarios
para la perpetuación
de la propia alegría."
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