Foto propia
“Una mariposa grande
con amarillos y negros dibujos
adornando sus espolvoreadas alas
revoloteaba un almendro al sol
con esa magia que le caracteriza,
por aquí y por allá se posaba
pero no agradándole ningún sitio
buscaba con nervioso aleteo
y notorio jadeo corporal.
Una corriente ascendente le empuja
y sin darse cuenta bajo un implacable sol
vuela hasta posarse
en el follaje de un nisperero lejano
donde batiendo las alas lentamente
parece encontrar relajo
terminando por abrirlas ampliamente,
como si aquel fuera el sitio precisado
pues las mariposas
también necesitan sombra.
Tras unos merecidos instantes
el movimiento de una hoja cercana
activa su estado de alerta
y desaparece con un viento fuerte
coincidente con su huida.”
Preciosos y alados versos, amigo David, y es que las mariposas son tan voladoras y bonitas que no me extraña que una de ellas, la más grande, haya sido inspiración de tus versos.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Besos.
La belleza es la inspiración. Gracias
EliminarMaravilloso David, besos.
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