o porque creemos haber controlado
o las circunstancias no nos golpearon
vivíamos en ambiente de bienestar,
pero era todo ilusoria arrogancia.
Arrogancia de creer
arrogancia de imponer
arrogancia de pedir
porque arrogantemente se ha de vivir.
Pero no, nunca tuviste el control
ya que sólo eras un peón
al que le colocaron en un escenario
y en él se creó su mundo.
Ilusamente manehabas posibilidades
que junto con las felicidades vividas
más un cuerpo que responde
y una aparente autonomía,
todo tiraba para adelante.
Pero no,
esa pastilla que te tomabas
o ese dinero que adquirías
o esas alegrías circunstanciales
sólo eran el preludio de inestabilidad
venideramente inevitable.
Y en este equilibrio se da tu vida
y en tu vida vas y vienes entre ellos
como si de un oleaje se tratara,
pues las mareas que te mueven
no dependen de ti
sino de las fuerzas que las generen.
Tú serás la solitaria ola visible
o la espuma en en la orilla
o uno más en la corriente
pero tu fin será evaporarte.
Y tus elementos disgregados
conseguirán casuísticamente
en otro sitio caer
pero con la corporalidad
de otro arrogante ser”.
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