“Yo me reconocí poeta
y así me llegué a sentir
pues como ahora, escribía
lo que incontenible salía
dejando constancia
de mi esencia y orgullo.
Creía que el sentir, todo era
y como estandarte, mi diferencia
ofrecía al viento
ora tranquilo ora tempestuoso
para que mi arte esparciera
afirmando mi existencia.
Me nacía pensar como poeta
y vivir componiendo por doquier
queriendo serlo en la realidad
ante el mismo mundo que me hizo
de la nada
a de esto anacoreta.
Sabedor que nadie es en su tierra profeta
hice libros, amistades y trabajé
por ese mundo al que creí pertenecer
y gran satisfacción encontré.
Otros sentires escuché
de otras personas
de otros mundos
coincidiendo en eventos
compartiendo proyectos
en mi afán por ayudar
sin obtener nada a cambio
aportando mi ignorante granito
a la prosperidad.
Pero pasó el tiempo y cedí al silencio
y en agujero sin fin, caí sin morir,
hasta que ayuda busqué y aprendí
dónde estaba y qué era mi sentir.
Ahora que surgen estas
me hacen sentir poeta
porque salen solas
dirigiendo mis dedos
y se apoderan de mi tiempo.
Ahora sé
que no es por orgullo
eso de ser poeta
sino que muestran
de qué soy marioneta
y que gusta escucharlo
en forma de historieta
adornada de rimas y ritmos
que emulen a la belleza,
pero es para mí
un ejercicio de consciencia.”
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