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11 ago 2023

Si supieras el destino...



 “Si supieras el destino

pero no cómo a él se llega

creerías tratarse de un viaje

con principio y fin asegurado.


Si supieras del trayecto

pero nada del destino

quizá en atracción te subieras

y te inundara la oxitocina 

si es que lo apetecido fuera,

de lo contrario el cortisol

el trayecto amargaría.


Pero realmente

es por mínima repercusión:

un roce, una brisa,

una chispa, una ilusión

lo que inicia todo viaje

y así como una piedra

choca con otra y nada saben

es que nosotros esperamos

un destino previsible

un recorrido concreto

y experiencias asumibles

en el contínuo suceder

que va apareciendo.


Sabemos que todo está inmerso

en dinámicas que acaparan nuestra ignorancia

y en ello nos manejarnos

para intentar uno u otro resultado

de los previsibles, concretos y asumibles

con suerte, devenir o caos.


A veces, quizá muchas veces,

o siempre,

sucede lo que tiene que suceder

y nuestra naturaleza nos ciega

ante los elementos implicados

que obviados o ignorados

generaron ese desenlace,

reconociendo que con ellos

era el único final posible.


Es ley natural

que lo que pueda ser será

al reunirse los elementos

no pudiendo suceder nada distinto

de lo que por estas dinámicas

haya que ser.


Todo está sucediendo

y sólo somos esas piedras

que atrapadas en su devenir

chocan y nada saben

pero su ignorancia viven

con sorprendente vitalidad.”


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