“A fin de cuentas uno
hace lo que siente
y piensa para darle a ello cumplimiento,
ni lógica ni corazón
hará que uno sienta lo que no siente
ni piense en lo que no entiende
porque así yerran las acciones.
Así que las acciones son sentimientos
que guían a la razón a cumplirlos
con aquellas herramientas,
ora lógicas ora afectivas,
para ser lo que hacemos verdaderamente.
Por esto la acción nos delata
al contener la razón que nos movió
aunque requiera de palabras
que le den forma y algún sentido,
pero no son necesarias
pues lo importante es lo percibido
como resultante entre
lo hecho y lo inducido,
si no se consigue ocultar.
La tristeza y la alegría
son los únicos indicadores fiables
de si esta premisa se cumple
o si debe darse atención
al motivo de uno.
Sólo cuando lo hecho es sentido
el pensamiento encuentra acciones
acordes con el sentimiento de uno
puesto que la razón sóla
no convence al corazón inquieto
aunque apacigua al insatisfecho.
A fin de cuentas uno
hace lo que siente
y se pasa la vida
intentando comprenderlo.”
Saludos.
ResponderEliminarY este año, en el nº 17 de "Agora, papeles de arte gramatico" tambien encontramos un poema tuyo.
Muchas gracias por incluir un poema mío en la revista literaria.
ResponderEliminarCierto muy cierto, a fin de cuentas lo que vale es lo que se percibe y lo que se siente.
ResponderEliminarMe gusta este poema.
Gracias por compartirlo.