normalmente, supera la creencias
que sobre uno mismo,
uno tiene,
dándose la paradoja
de que visto desde fuera de sí mismo
parece esfuerzo elogiable
pero para quien es protagonista
sólo sabe que es el sujeto
obligado para la oración formada,
ni es verbo ni predicado, sólo sujeto,
que aún en su forma elíptica
siempre estará
aunque no sea nombrado,
por eso parece mas eterno
el esfuerzo para mantener lo hecho
que la satisfacción del deseo ya conseguido,
pues tanto se empeña en ser recordado
que cansa más luchar contra él
que afianzarlo
hasta que el olvido acuda
relajando dicha lucha.
Quizá todo esto se de
porque la realidad
sólo sea la paradógica metáfora
que el sentimiento descubra
y a uno le parezca sentir."
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