“En ese mismo sitio donde te sientas
pero en otro vehículo,
antes que tú,
me sentaba yo
y donde yo estoy ahora...
mi padre.
Conducía ora aquí ora allá
y yo miraba por la ventana
y tenía a mi madre
donde ahora se sienta la tuya
y veía como se miraban
y que con discretos gestos se comunicaban
y esos silencios llenos de maternos suspiros
y sin apenas percibirse de mi presencia,
pues embutidos en los problemas del día estaban,
yo me sentía seguro por tenerles
al menos,
así,
a los dos
llevándome ora aquí ora allá
y no quería que acabara nunca ese mudo viaje
porque al llegar a casa…
bueno…
era mi casa.
Te miro, de vez en cuando, te miro
y me dices con tu adolescente inquietud...
ese lógico y típico ¡¡ ¿qué? !!
entre sorprendido e indeciso
pues te sientes observado
y no sabes lo que a mi alma suscitas.
¡ Qué a gusto estamos !,
en ese asiento
de sentirse...
tan bien.
Gracias hijo
por hacérmelo ver.”
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.