Foto propia
“A veces agradezco la monotonía
ya que gracias a ella aprecio el regalo
de esos momentos de la vida
que salpicando en tus quehaceres
se asemejan al romper de olas
que te hacen reaccionar
pues te sientes empapado
y hasta con sabor salado
desde la orilla entre los mundos
en la que siempre estoy.
Así que
ante la repentina risa o llanto de algún infante
o el abrazo o los besos entre semejantes
o ante sensuales formas corporales
o inconexos gestos por no ser a ti dirigidos
o el efecto doppler de los sonidos circundantes
o una ráfaga de viento, una mirada perdida, un desdén
o gotas descuidadas de aires acondicionados
o el canto arrebatador de algún pájaro
o un gato haciendo el vago
o un vehículo apoderándose de su conductor
o el calor inesperado... en invierno
o el frío reconfortante... en verano
o la ensoñadora lluvia… siempre.
En fin, ahí se acaba tu monotonía
apareciendo solas las palabras
que asociadas a tus sentimientos,
de poderse recordar
posiblemente…
serían inmediata poesía.”
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