Buscar este blog

11 dic 2010

La luz, a veces, duele...

“La luz, a veces, duele...
cuando al levantarme del necesario sueño,
cuando traspaso el umbral de las sombras
cuando me ciega una ráfaga relampageante,
o cuando arremete una realidad
desagradable o indeseada,
entonces el ojo, se duele,
y los párpados se cierran con fuerza
hasta formar apretadas arrugas
como queriendo aumentar el espesor de la piel,
e incluso las manos tienden a interponerse,
con los dedos extendidos,
entre ese maldito rayo y la bendita pupila
que al no soportarlo, de tanto que duele,
instintivamente, lo rechazo.

Pero la luz siempre es buena,
me permite distinguir el mundo,
admirar toda su belleza,
extasiarme o conformarme
con su realidad cromática,
perderme en los contrastes
o sublimar las formas,
así que la luz...
siempre es buena.

Pero, ¡ maldita luz que me dañas !
porque a ti necesito acostumbrarme
a tu intensidad, a tu color
pero una vez acomodado
bendita seas,
¡ bendita por existir
sea cual sea tu procedencia !”

2 comentarios:

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.

podcast

Os presento los audios en los que he dividido un ensayo que espero os cale. Aunque está ordenado desde el último al primero, aconsejo empezar por el principio.