“No se puede controlar
en el corazón de los demás
ese lugar imaginario donde uno está
y, menos aún, averiguar por qué
está el otro en uno y cómo llegó
a situarse de esa forma.
Nunca será justificación palabra alguna
ni habrán razones ni sentimientos coincidentes
como tampoco motivos ni seguridades
que conduzcan a la verdadera razón
de tal compromiso para el receptor.
Siempre será una visión personal
quien injustamente coloque las piezas
de ese puzzle siempre falto
quien intente encajar a las personas
para ir completándolo cuando alguna
parezca encajar.
¿Quién puede decir a qué obedece esto?
Aunque se acabara el puzzle,
aunque todo termine colocado
siempre habrán piezas forzadas
y otras, que al estar en su sitio
queden deformadas por esta imposición
distorsionando esa contemplación
que nos complazca tras la búsqueda vital
de ser quien uno quiere.
Pero, así es...
siempre.”
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