“Cuánto deseo cambiar
que mi garganta no se ahogue
ni mi pecho no sienta punzadas
o que mi piel no sude incontenible...
con lo fácil que sería cambiar.
Desearía poder tomar decisiones
y que éstas no me originen esto
al tratarse de ciertos temas
que aún no he superado...
y quizá no sepa ni pueda.
¿ Porqué mi mente no funciona
cuando fuera de esa presión sí ?
Será que quizá me engañe
o quizá me chantajeo
refugiándome en mi abismo...
pueriles fantasías me inundan.
Si todo fuera sólo lógica
yo funcionaría bien
pero se interpone la impotencia
cuando
esas circunstancias surgen
y en espantapájaros me vuelvo
de mí mismo
y las palabras se posan a mi derredor
picoteando uno u otro sitio de mi ente
porque lejos de asustarlas
de mi futilidad atraídas se sienten
y algo escrito queda
cuando tras alimentarse de lo que protejo
hasta ellas se van.”
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