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26 jul 2024

¿Eres persona?

Generado por Leonardo.ai

    Quizá no quede bien explicada la diferente visión que las personas tenemos en cualquier sociedad. Aquí mi reflexión.

    Por un lado somos personas físicas, que hemos nacido de una mujer porque fue fecundada por algún hombre. Esta persona se desarrolla dentro de “un entorno familiar” que puede ir desde la familia hasta un orfanato. Inmediatamente salta la dimensión jurídica de esta persona, pues tiene “libertad” y responsabilidades ante las consecuencias de sus actos que recaen sobre otros o sobre sí mismo, y son los padres o tutores legales quienes ejercen la responsabilidad civil mientras no adquiere la edad establecida para ser responsable según la ley. Por último, aparece el adulto, que se produce cuando se alcanza la edad mínima establecida para poder serlo, y es cuando responde de sí mismo sin menoscabo de su compromiso de ser libre con el límite que marquen las leyes dentro de la sociedad en la que se encuentre.

    Como vemos hay varios dominios en cada persona física; el humano, el social, político y el jurídico. Pero existen dos tipos de personas, la física, que es esta de la que estoy hablando, y la jurídica que reúne a los movimientos de personas adultas que bajo una misma identificación fiscal son creados para determinados fines concretos y tienen responsabilidades concretas en la línea en la que son creadas, fuera de ello no pueden actuar.

    La persona jurídica sólo puede hacer aquello para lo que ha sido creada y ahí reside su ámbito de actuación y responsabilidad, y la persona física, que somos las personas fuera de esos entornos podemos actuar de cualquier manera menos aquello que limite la ley. Es decir, que la libertad de una persona jurídica está supeditada a su función, y la ley lo define en sus estatutos o actividad económica, y la persona física tiene limitada su libertad por la ley, pero puede hacer aquello que no contemple la ley.

    Someramente, la persona humana es la meramente física, biológica y contiene toda su cuestión emocional, afectiva, sentimental, etc. La persona social está relacionada con el entorno humano, es decir, aquel con el que se relaciona según su etapa vital como son las amistades, grupos con afinidades culturales o deportivas, también con lo relacionado con el desarrollo personal en el aprendizaje, habilidades y destrezas propias. La política es aquella que aparece cuando surge la identidad ideológica hacia un fin social común que culmina en la ambición por el gobierno del grupo social entero en lo que llamamos la sociedad. La persona jurídica es la que observa y contempla las libertades que la identidad ideológica del momento va dejando plasmado en el momento de su gobierno, definiendo derechos y libertades de cualquier persona física o jurídica.

    La cuestión es que esto es necesario para el tipo de sociedad en el que vivimos, donde la política adquiere un valor supremo junto con la justicia. La parte política es quien, con los métodos y reglas establecidas por ellos mismos, elabora las leyes y expone para ser aprobadas por ese conjunto de políticos que formen lo que llamamos congreso de diputados y senado, que luego seguirá sus trámites parlamentarios salvo que se aplique un decreto ley que es de aplicación inmediata.

    Ciertamente existe una connivencia entre ambos poderes que no se aplican a los ciudadanos pues en caso de decretos leyes declarados inconstitucionales, siempre a posteriori y después de haber sido aplicados y ejercidas sus consecuencias, no suele tener ninguna repercusión sobre quien lo aprobó, más allá de la declaración de inconstitucionalidad, aunque causara daños, situación que nunca se aplicará a ciudadano normal alguno, sobre quien recae todo el peso de la ley sin piedad.

    En fin, la sociedad normalmente no es regida con ánimo de justicia real, es decir que la política no se entrometa con lo jurídico sino que las leyes se hacen para que la justicia tolere sus devaneos y se aplique con contundencia a la ciudadanía normal.

    Esto no es más que un índice de falta de evolución pues algo que es “avance social” no puede dirigir al interés particular político en contra de la sociedad, lo cual queda evidenciado con el hecho de que la ciudadanía en esto no interviene más que en una votación única, y el elegido por esa única vez lo convierte en esclavo de su voluntad.

    Esto no es avance sino ignominia, es eufemismo de tiranía, es engaño “democrático”, porque se les perdona sus faltas graves y muy graves. Esto es un sistema político que carece de todo control de calidad, cuando debería ser exigida la excelencia, y a esto llamarle sociedad democrática es un engaño.

    Quizá sea momento de reflexión, tanto social como política, y comprendamos que el avance no puede ir exclusivamente de la mano de la política sin control, permitiendo este sistema que dirijan al país allá donde él quiera según su propio beneficio, y con el apoyo de la justicia por sus inconstitucionalidades, sin reparación alguna ante algo tan grave como ir en contra de lo que juró o prometió defender, que en mi opinión no debería ser admisible ni una sola vez, es traición por definición, lo cual debería generar la destitución automática de ese ser político que por voluntad propia osa ir en lo contrario a lo que juró o prometió defender.

    Por esta causa, este sistema “democrático” es en sí mismo falto de calidad, y no me extraña que en el pasado haya generado tiranos como Hitler, Mussolini, Maduro, etc., porque depender de “la buena voluntad de un político” es tanto como depender de que el perro te muerda al acariciarlo o no, y deberíamos exigir el establecimiento de un sistema de excelencia tanto a políticos como a jueces, donde su palabra sea el contrato y su contrato cada palabra que emita, y romperlo suponga su destitución inmediata con pena de cárcel indefinida.

    Quizá de esta manera, se produzca una mayor atención al progreso, que es lo que cualquier gobierno ha de querer para la sociedad. Quizá habría que limitar los sueldos y beneficios asociados a los cargos, quizá habría que promover leyes específicas para los políticos que definan sus acciones y no puedan salirse de ello, quizá habría que definir determinadas cuestiones políticas contrarias a derecho, quizá habría que no depender de ellos sino de un sistema objetivo de gestión para ser el motor de la sociedad.

    Esto no va a cambiar mientras ellos hagan las leyes, mientras ellos las aprueben por afinidades políticas, mientras no puedan ser sometidos a evaluación más que por ellos mismos con los votos de sus afines… es un sistema que se está hundiendo y con ellos a las sociedades que gobiernan.

    No podemos depender del “buen corazón o intenciones” que con la mera apariencia de votación pretenden lavar la imagen del gobernante, porque mires por donde mires hay podredumbre y corrupción política, y eso no es lo que ningún votante elige, sino que en última instancia nos la trasladan a los ciudadanos con leyes más restrictivas y limitantes, para así controlarnos más y mejor en beneficio de ellos, demostrándose que en realidad la democracia es un sistema de tiranía más.

    La votación y la ley son dos imágenes de democracia, pero en realidad no son más que subterfugios donde esconder sus verdaderas intenciones, pues tras ello se ha ido empobreciendo a las naciones y pueblos que gobiernan aunque hayamos vivido ciertos momentos de bonanza, quizá necesaria para atraer votantes o establecer comparaciones entre potencias, o para estar en determinado punto tecnológico necesario para ellos. Por nosotros no han hecho nada, sino prepararnos para usarnos cuan hormigas.

    Toda nación, país, región o pueblo que use estos símbolos, estamos de igual manera. Estamos gobernados por políticos corruptos que gustosamente se arrastran por el fango que determinados poderes económicos les ofrecen, atraídos por los pingües beneficios personales que obtienen, en detrimento de las sociedades que les eligieron para progresar. La culpa de esto nunca será del ciudadano sino de ellos.

    Para el bien de la humanidad, hay que cambiar la mentalidad desde la base, es decir, tú y yo, y transmitir tu mensaje y no el de ellos, pues se demuestra que no le importas mas que para que le votes.

    El momento histórico en el que vivimos es la consecuencia de no exigirles nada, porque los votos son un contrato en blanco para ellos que llevan la firma de los votos, pero no la de ellos ni el contenido del contrato, ¿Es eso lógico? ¿Está bien eso? ¿Le darías tu futuro a quien no se compromete contigo?.

    No temas que ellos dependen de ti, pues si no les votas se les cae la careta y dejan de tener otra opción que la descarada tiranía, aspecto por el que a ellos mismos no les gustaría ser recordados históricamente.


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Os presento los audios en los que he dividido un ensayo que espero os cale. Aunque está ordenado desde el último al primero, aconsejo empezar por el principio.